No se asuste, no entraremos en detalle, sino veremos lo que un automovilista necesita saber.
En un sistema tradicional, la bomba de inyección, usando datos como la temperatura del motor y del aire, la posición del cigüeñal y del acelerador, envía petróleo por tiempo y en cantidad en secuencia a cada inyector. Ese inyector tiene como función atomizar el petróleo al entregarlo al cilindro.
Bajo el sistema actual de riel común (Common rail) el computador central del vehículo, usando información proporcionada por un sinfín de sensores, controla electrónicamente los inyectores. Usa una bomba que sólo eleva a una presión mucho mayor a la de un sistema tradicional. Esa presión es mantenida en el riel (más parece un tubo) que conecta a los inyectores. El contol electrónico les permite aprovechar la alta presión para dosificar con mucha mayor precisión el petróleo que inyectan en los cilindros. Por ejemplo, pueden entregar por milisegundos un vapor de petróleo y en los milisegundos siguientes un chorro mayor. Esa precisión aumenta la potencia, disminuye el consumo, reduce las emisiones contaminantes, facilita la partida en frío y baja el nivel de ruido.
La mayor precisión del sistema de riel común viene a un precio: para entregar menos combustible a mayor presión, los conductos e inyectores son de diámetros menores, por lo que se obstruyen más fácilmente. Si eso sucede, los inyectores son más caros de reparar que los tradicionales.
Cuando ambos sistemas fallan, el mecánico debe recurrir a un taller de inyección con bancos de prueba y otros equipos especializados. Esos talleres no tienen como misión identificar el lugar preciso de la falla. En vez, tienden a llevar el sistema completo al standard del fabricante, cambiando muchas piezas que están bien, si es que podrían estar mejor. Para un camionero que hace varios viajes a y desde Santiago por semana, el ahorro de combustible justifica ese gasto. Si Ud. tiene un auto pequeño con motor diesel y además lo maneja poco, es especialmente importante evitar grandes gastos en reparar la inyección.
La solución está en sus manos: asegúrese que su mecánico cambie periódicamente los filtros de petróleo y, de acumularse mucha agua o partículas, aumente la frecuencia de cambio y agregue un separador de agua, si el vehículo no lo tiene. Una vez más, el mantenimiento salva el día.
Thomas Poulos
ExpressAuto
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© Thomas Poulos 2014
Escrito por: Thomas Poulos